viernes, 4 de mayo de 2018

"Por las víctimas, por la paz".

"En esta ocasión y como consecuencia de una huelga de redactores, se le pediría que cubriera la página de sucesos. ETA había vuelto a matar en Madrid (...) Durante varios minutos todas las emisoras ofrecían la misma noticia, con el mismo tono, haciendo misterios de las pausas: a las diez en punto de la noche un brusco temblor había sacudido las paredes de unas cuantas casas de Madrid; su radio de acción había sido de casi dos kilómetros(...) El edificio de tres plantas que hacía chaflán a las dos calles había quedado con su esquina mutilada de pies y manos, salpicada con la sangre del soldado vigía y la de cuatro personas más: dos ancianos que salían del parquecillo tímidamente asomado a las avenidas y más de la mitad de un joven matrimonio que circulaba por las inmediaciones, la madre y la hija" ("Vivir es ver pasar").

Por esa esquina de la que hablo en la novela -que publiqué en 1997- pasé unas horas antes camino de la Universidad. Muchas personas no volverían a pasar por ninguna esquina. Por ninguna esquina en ninguna parte de este mundo.

Mientras escribo, me vienen a la cabeza la paloma de Alberti y esta música:

https://www.youtube.com/watch?v=o5bFsjf0OJQ



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