lunes, 13 de noviembre de 2017

La vida es una película.

Lo que son las casualidades y lo que es el cine. Ayer hablaba de mi película favorita de Win Wenders, "Cielo sobre Berlín" y hoy voy a hacerlo de otra suya que también admiro, "Paris, Texas".

Mientras espero en un aeropuerto, leo los comentarios de los últimos días en Facebook. Me fijo en uno de Celsi Vera de Ron -una encantadora amiga virtual que vive en Texas, aunque es de Asturias-, refiriéndose a mi forma de entender la vida. "Qué linda manera tienes de despertar", dijo.

Por asociación de ideas, pienso en el guión de "Paris, Texas", que escribió para esa película Sam Shepard, recientemente fallecido, basado en su libro de relatos "Crónicas de motel", que recomiendo a todo el mundo por su gran calidad. Son pequeñas historias de carretera, de motel en motel a lo largo de Texas, algunas de menos de una página, similares a lo que pretendo escribir yo en esta red social y que de alguna forma ha dado lugar a mis dos libros de cuentos, algo impensable en mí porque, básicamente, concibo la literatura a través de una novela (una película con otro lenguaje).
En realidad la película de Wenders, los relatos de Shepard y mis cuentos no tratan sobre nada en concreto, únicamente buscan captar la "emoción" de la vida.

Estas asociaciones de ideas necesitaban una música de jazz adecuada, ya que soy incapaz de pensar, de escribir, incluso de amar sin música. Recuerdo una preciosa canción, "The Sky is Crying", de Gary B. B. Coleman, que nació, precisamente, en Paris, Texas:

https://www.youtube.com/watch?v=71Gt46aX9Z4

Todos vamos de un sitio para otro, los aviones llegan y se van, los asientos se quedan vacíos. Solo alguna botella de agua olvidada o el envoltorio de una tableta de chocolate.

El periódico ya es de ayer.

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