martes, 20 de junio de 2017

Las obras de arte no se pueden redimir.

"Las obras de arte no se pueden redimir", me dices utilizando la frase de Benjamin y te alejas caminando bajo el chaparrón de verano.

Voy detrás de ti, te acerco el paraguas y balbuceo una frase de Adorno: "Cuanto más aporta quien percibe una obra de arte, tanto mayor es la energía con la que penetra en ella y guarda así internamente su objetividad".

Desvias la mirada, renuncias al paraguas y sigues caminando en dirección al museo. Yo me doy media vuelta. Entro en un café donde un pianista interpreta a Satie.

En la calle llueve con fuerza. Unos minutos después te envío un Wasap pero no respondes. Al salir del café me dejo olvidado el móvil sobre la mesa.

("Portrait of a wounded poet", Virginia Patrone, 2010, óleo).

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