jueves, 22 de junio de 2017

La belleza de un intelectual kurdo.

Son sus enormes ojos negros, la mirada melancólica y esa seguridad con la que expresa los argumentos humanos más esenciales. Es una madre nacida en la tradición oral que da de comer a tantos hijos y a sus amigos. Es una revista escrita por personas que aman la literatura y la filosofía cuando el mundo que los rodea aún está dormido, entre rocas ancestrales, lagartos telúricos y sueños por cumplir, al norte de Irak.

(El Kurdistán está repartido entre Irán, Irak, Siria, Turquía y un pequeño enclave en Armenia).

De todo esto nos habló Mariwan Shall en la última tertulia del café "Puro Teatro". Su llegada a España se plasmó en un amor instantáneo por Madrid. Luego se ganó a sus vecinos en la primera corrala donde vivió. Contó cómo nos encontramos él y yo, y nos habló de "contracultura", de los ensayos que ha escrito, de Nietzsche y Camus, del director de cine italiano Ermanno Olmi y de cómo ha visto sus películas en los cines Golem.

Quizá tuvo que venir a Madrid, desde tan lejos, para coincidir conmigo en mis cines preferidos, aunque entonces ni siquiera lo sabíamos.

(En las fotos que hice el martes, Mariwán está entre mis amigos de la tertulia, Marta, Ana, Pilar, Kira, Celeste, Isabel, Jesús, Juanjo, Maxi y José Manuel, que no sale).


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