miércoles, 26 de octubre de 2016

Leo a Octavio Paz mientras me tomo un café.

"El mar, el mar y tú, plural espejo, / el mar de torso perezoso y lento / nadando por el mar, del mar sediento: / el mar que muere y nace en un reflejo." 

El paisaje trasciende el tiempo y el espacio y se transforma en agua salada, confundido con el cuerpo de la mujer.

El poeta termina diciéndome que nunca se ha escrito una gran historia de amor y que le gustaría hacerlo a él. Yo le respondo que siempre he preferido vivirlas antes de escribirlas. 

Nos miramos a los ojos y nos tomamos un segundo café. 

(Los versos son el primer Cuarteto de Sonetos II).

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