domingo, 21 de febrero de 2016

Sobre el acto creativo.

El museo de Rodin es uno de esos lugares emblemáticos de París a los que siempre vuelvo. En realidad de los que nunca salgo.

Ahí me imagino a Auguste Rodin y Camille Claudel creando sus obras, él siguiendo la tradición de los clásicos griegos hasta Miguel Ángel y sus grandes esculturas que parecen novelas y ella con sus pequeñas formas semejantes a los poemas.

Paseando por el jardín, amándose, odiándose, sintiendo, trascendiendo, tocando el futuro...

Y llegando hasta ella, que los espera leyendo en la cafetería y los mira con esos ojos inmensos que lo atraviesan todo para seguir creando.