sábado, 16 de enero de 2016

El beso que todos hemos dado alguna vez

Es el beso de la reina Ginebra a Lanzarote del Lago en el ciclo artúrico y que, mezclado con la historia de amor de Tristán e Isolda, se convierte en inmortal en la Comedia de Dante, en su Canto V del Infierno, con la historia de amor entre Paolo y Francesca de Rimini.

Ahí están algunos de los versos más hermosos jamás escritos que enseñaron a besar a la sociedad de su época, una influencia cultural que se ha transmitido hasta nosotros. Barthes se refirió a ello como "contagio de los afectos", ya que todo deseo se ve afectado por el arte y la literatura. Es el amor que surge leyendo, siglos antes del Quijote y Madame Bovary.

Francesca de Rímini dice a través de Dante en la Comedia:

"Por diversión leíamos un día
cómo apremiaba Amor a Lanzarote
a solas y sin miedo nos hallábamos...
Leyendo que la risa deseada
era besada por tan noble amante,
éste, que nunca apartarán de mí,
la boca me besó..."

Antes Francesca había dicho los tercetos con las míticas anáforas:

"Amor, que el corazón gentil de súbito
enciende, a éste apresó del bello cuerpo
que me quitaron: y aún me daña el modo.
Amor, que a todo amado a amar le obliga,
de su belleza me apresó tan fuerte
que, como ves, aún no me abandona.
Amor a morir juntos nos condujo..."

(La foto la hice hace poco en el Museo Rodin de París, y es un detalle de la Puerta del Infierno con Paolo y Francesca).