jueves, 3 de diciembre de 2015

Una foto y un poema para celebrar la tesis de ayer sobre Ángel González en la Complutense.

(La foto no es muy buena, pero ahí está el nuevo doctor, José Vallés, con los profesores Carmen Valcárcel, Dolores Navarro, un servidor, Julia Barella y Santos Sanz Villanueva, con la directora de la tesis Fanny Rubio y la foto del otro director, in memoriam, nuestro querido José Paulino. El cocido en Casa Manolo estuvo estupendo).

Como se habló de la segunda época de Ángel González, pongo por aquí uno de los hermosos y desencantados poemas de esa etapa:

"Amor mío:
el tiempo turbulento pasó por mi corazón
igual que, durante una tormenta, un río pasa bajo un puente:
rumoroso, incesante, lleva lejos
hojas y peces muertos,
fragmentos desteñidos del paisaje,
agonizantes restos de la vida.
Ahora,
todo ya aguas abajo
-luz distinta y silencio-,
quedan sólo los ecos de aquel fragor distante,
un aroma impreciso a cortezas podridas,
y tu imagen entera, inconmovible,
tercamente aferrada
-como la rama grande
que el viento desgajó de un viejo tronco-
a la borrosa orilla de mi vida".
("Carta". Prosemas o menos. 1985).