viernes, 16 de enero de 2015

Prólogo al libro "En fuga" de David Abad


Prólogo que escribí para el libro "En fuga" de David Abad
     David Abad es un soñador, un alquimista de la palabra, casi de la propia vida. “En fuga” es su primer libro publicado, lo que no significa que sea su primer libro escrito o incluso vivido; él escribe libros desde que abrió los ojos en la ciudad de Madrid hace cuarenta años, y en seguida empezó a vivir y a describir libros e historias. La vida le llevó a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad San Pablo CEU, y a que nos conociéramos allí en mi tertulia literaria. No recuerdo si por aquel entonces era un Taller de Literatura, tertulia y debate, y si contaba como asignatura de Libre Elección en el Plan de Estudios. De ser así, David sacaría una nota excelente y luego continuaría a mi lado (y al lado de otros escritores y amigos como José Villacís y Ramón García) en una tertulia más distendida, más de debate, de confrontaciones dialécticas y apasionadas discusiones.
Ser tertuliano, leer en público sus poemas y cuentos, pasear por el lado oculto de la Luna, discutir sobre literatura, siempre sobre literatura… Todo eso define a David Abad, y lo concentra en una botella en busca de la dificultad de la esencia. Ese hombre también ha realizado innumerables trabajos para vivir (para sobrevivir se conforma con escribir). Nunca ha desdeñado su trabajo como Procurador de Tribunales, pero tampoco los de tele operador, vendedor de pizzas a domicilio, de libros y pisos, auxiliar de Seguridad en el Corte Inglés y vigilante nocturno en alguna obra abandonada por la claridad del cielo.
“Siempre la claridad viene del cielo”, escribió un jovencísimo Claudio Rodríguez, algo que se puede aplicar a David Abad sustituyendo el “cielo” por la imaginación y la fantasía, aunque en su caso puede que sean lo mismo. Su inconsciente es muy activo cuando sueña, y se nutre de las imágenes que obtiene del consciente que se mantiene despierto a todas horas. Y es que David es un curioso caso de “libélula” recolectora de pensamientos, de transgresiones, de filosofías cotidianas, un tipo que se juega la vida con cada poema, cuando los escribe y cuando los recita en público. En esos momentos inventa y se reinventa.
En tal sentido este libro es una declaración de intenciones, como si David hubiera tenido la necesidad de detenerse ante su particular “horizonte en llamas” y resumir lo que le quema por dentro. “En fuga” es un viaje desde la oscuridad a la luz, una Comedia dantiana posmoderna, cotidiana, un canto al amor y a la literatura, al individuo y a la soledad, a través de un camino lleno de obstáculos que casi siempre son más interiores que exteriores.
¿Cuáles son los motivos que se presentan en un libro tan especial como este? En primer lugar el “azar”. Es como si el azar le hubiera proporcionado una imagen concreta al poeta, que no es otra cosa que un relámpago, lo que le servirá para profundizar en esa idea y concluir que la vida es una especie de presente en fuga. La “noche” es un segundo motivo, el régimen nocturno temporal en la famosa terminología de Gilbert Durand, ya que para David Abad la vida es una suerte de noche sorprendida por la luz, una luz de la que se desconoce su procedencia, pero que también le sirve para definir el amor.
La voz poética está convencida de que la vida son destellos, islas de luz, relámpagos, unos fenómenos físicos y humanos imprevistos, ajenos, pero que sabemos que forman parte de nuestra naturaleza. La luz también representa la inspiración, y en ese sentido David Abad no puede escapar a la creación de meta literatura, en el sentido más borgiano y noble del término. Y sin duda por ello la última parte del libro habla del horizonte como símbolo del porvenir, sin dejar de definir el futuro como presente que quizá se vuelva a fugar.