viernes, 2 de noviembre de 2012

El "doble" en la literatura

El "doble" ha sido un tema popular en la literatura oral y escrita desde la Antigüedad al Surrealismo, y hoy sigue presente en la novela posmoderna. Paz expresó la angustia del ser humano en la búsqueda del "otro" que es él mismo; su soledad se produce al estar separado de su ser, ya que es "dos".

El hecho de hablar de alguien no supone hacerlo sólo de su existencia real, sino sobre las trayectorias vitales que podría haber seguido, lo que origina tres temas distintos con algunos aspectos en común: Orlando, Anfitrión y el tema del doble propiamente dicho.

Tomando como referencia la novela de Virginia Woolf, un único individuo existe en dos o más mundos. Al pasar de uno a otro, experimenta cambios (como puede ser de hombre a mujer). Para crear ese universo de ficción múltiple se necesita que se cumplan, al menos, dos condiciones:

             - Que haya fronteras interiores en esos mundos, como sucede en la novela de Woolf, donde las fronteras son los saltos en el tiempo narrado, que transportan a Orlando desde la Inglaterra de Isabel II a 1928. Otro caso es el relato de O. Henry, Los caminos del destino, de 1903, donde las fronteras son las muertes del protagonista David Mignot desde la encrucijada del camino en los mundos alternos. La metamorfosis de Kafka no sería un caso del tema Orlando, ya que no existen fronteras marcadas en el relato, sino de mundo híbrido.

            - Debe ser conservada la identidad personal en los movimientos que se producen a través de las fronteras entre los mundos, lo que ocurre en Orlando (a pesar de transformarse en una mujer, continúa con la marca identificativa de su nombre), pero también con el personaje de O. Henry (además de conservar su nombre, mantiene elementos en común, aunque se encuentre en mundos diferentes).                 

El tema Anfitrión tiene su origen en la obra de Plauto, y se refiere a dos individuos con diferentes identidades personales, pero con la misma forma en sus propiedades esenciales, y que coexisten en el mismo mundo ficcional. En la temática selectiva se habla de “Doppelgänger” o el caso de los gemelos idéntico. La identidad no tiene por qué ser absoluta, sólo que exista similitud física y de comportamiento, lo que dificulta la identificación.

En Los elixires del diablo, de ETA Hoffman (1815/16), Medardo es perseguido por un “doble” que en ocasiones es corpóreo, pero otras veces se asemeja a una parte de su propia psique. Hoffmann llegó a tener un profundo conocimiento del mundo de la esquizofrenia debido a sus visitas a los manicomios; su propio estado mental llegó a ser confuso durante la redacción de la primera parte de la obra, que tuvo para él un efecto terapéutico. La restricción de la modalidad narrativa es de tipo epistémico, ya que únicamente se produce en la mente de los habitantes del mundo de ficción.

En el tema del doble propiamente dicho, existen dos encarnaciones de un único individuo, lo que precisa de una manipulación plena de los rasgos semánticos de compatibilidad e identidad personal, pues el mismo individuo aparece en dos manifestaciones alternas, casi siempre como dos personajes de ficción. Los seres duplicados pueden coexistir en el mismo cronotopo, como El doble de Dostoyevski, del año 1846, o ser excluyentes, como en la historia de Stevenson El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, del año 1886; en esta última novela las encarnaciones del doble no pueden encontrarse, algo que sí ocurre en la primera.

La novela corta de Dostoyevski describe el caso de un funcionario, Goliadkin, que es rechazado en una comida ofrecida por su jefe para celebrar el cumpleaños de su hija. A partir de ese momento su personalidad se divide y enfrenta la lucha interna que mantiene un (súper) Goliadkin con la realidad. Lo esencial es que los dobles viven en el mismo mundo porque comparten el grupo de individuos compatibles e interactúan con el conjunto de agentes secundarios que se mueven alrededor.

¿Y tú, lector, te has encontrado con tu doble alguna vez?


(En homenaje a Santos Alonso, maestro y amigo, y de nuestras muchas conversaciones sobre la ficción y la realidad)


(Publicado en el Diario Progresista el 2 de noviembre de 2012)

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