viernes, 18 de mayo de 2012

Economía y Literatura (VII)

Ya se ha comentado el trasfondo económico que subyace a muchas de las actuaciones de los personajes de Galdós, y que se pone claramente de manifiesto en las dos novelas tomadas como referencia en este estudio. A lo largo de sus páginas, se ve cómo los personajes se mueven alrededor de otros personajes que, a su vez, persiguen un lucro personal que termina marcando sus vidas.

Todo ello dentro de una sociedad en transición que evoluciona desde el mundo agrario al urbano, con la actividad comercial como aspecto clave del crecimiento económico, y que en el caso de “La de Bringas” queda patente con la importancia que se concede a “estar” e “ir” a la moda, y en “Lo prohibido” con la compraventa de acciones, actuaciones de los bancos industriales y creación de empresas.

 “Lo prohibido” es una obra más extensa y de mayor calado analítico. José María Bueno de Guzmán habla de dinero casi desde el comienzo de la novela, y termina refiriéndose al mismo asunto en medio de su triste desenlace. Los ejemplos son numerosos, casi agobiantes, y se apoderan en muchas ocasiones de la trama. Aparentemente es la historia de la seducción por parte del protagonista a sus tres primas: Eloísa, María Juana y Camila (o al menos los intentos de seducción, ya que en el último caso resultan infructuosos), pero, como casi siempre en Galdós, las cosas son más complejas. Lo fascinante es cómo se relaciona el fondo de la historia con la forma, con el “dinero” y la idea de riqueza como verdaderos motores de la acción.

La novela comienza el año 1880, es decir, doce años después de la Gloriosa, momento en que termina “La de Bringas”, cuando llega a Madrid su protagonista, rico y libre, con una fortuna que le permite vivir la vida sin agobios, todo lo contrario. Siempre que José María describa a los personajes (es de los pocos casos en que Galdós escribe en primera persona), aludirá a su situación económica. Los rasgos físicos son completados, continuamente, por la mayor o menos existencia de dinero a su alrededor. Y por eso tiene una presencia relevante la Bolsa de valores, un escenario recurrente a lo largo de las páginas.

En lugar de reunirse en cafés o restaurantes, en muchas ocasiones lo hacen dentro de las paredes de la Bolsa. La derrota final del protagonista, une, de forma perfecta, su fracaso sexual con el económico. José María dejará de ser un triunfador donjuán en el mismo instante en que se acerca a la ruina por diversos motivos, casi siempre por culpa de las mujeres, algo que también relaciona la novela con “La de Bringas”.

(Publicado en el Diario Progresista el 18 de Mayo de 2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario