domingo, 1 de enero de 2012

Don Juan sabía escuchar a las mujeres

¿"Don Juan" sigue vivo y habitando entre nosotros? Es posible que sea una pregunta pertinente en una época de prisas, adelantos tecnológicos y gente que camina por la calle con los oídos tapados, escuchando su música favorita. Y tampoco hay mucho que añadir cuando se trata de hablar sobre la forma de conducir, sobre todo en las ciudades.

Es como si todo el mundo se empeñara en llegar en seguida a alguna parte, para luego no hacer nada, poco más que trabajar… La falta de comunicación, en un tiempo estructurado sobre la base del dominio de Internet, es uno de los rasgos significativos más curiosos de esta época.

Una de las cosas buenas de don Juan es que sabía escuchar. Y aquí pueden incluirse tanto al burlador de Tirso, como a los personajes racionalistas de Molière y Mozart- que ya empezaban a ser más donjuanes que burladores-, o a los grandes románticos que transitan por las obras de Lord Byron, el Duque de Rivas, Zorrilla, Clarín y el mismísimo Torrente Ballester.

El análisis de cada uno de los donjuanes mencionados llevaría a escribir decenas de artículos y libros, y no es este el lugar para hacerlo. Sin embargo, sí puede apuntarse el hecho de que uno de los motivos por los que don Juan siempre tenía éxito con las mujeres es porque sabía escucharlas. En realidad, don Juan tenía éxito con todo el mundo, porque sabía escuchar (e interpretar) los desvelos, contratiempos, desamores, ansias, ambiciones y necesidades de todo el mundo.

Don Juan sabía lo que debía dar a cada cual en cualquier momento, por eso su mito no puede morir, e incluso se acrecienta con el tiempo. Ahí radica uno de los aspectos esenciales de su éxito con las mujeres, y ahí está uno de los errores de la mayoría de los hombres. Mucha gente piensa que las cosas se conquistan con dinero, con sexo, con cultura y hasta con operaciones de cirugía estética, pero están terriblemente equivocados.

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